Friday, December 16, 2005

Emociones Encontradas

Se preguntarán por qué tanta ausencia... y hasta yo me lo pregunto. He estado pasando por un período lleno de emociones y tal vez esto lo explique.
Primero, una felicidad absoluta con la visita de mi papá a París. Palabras para describir el momento: se me llenó el corazón. Tener a mi papá en "mi mundito", mostrarle dónde vivo, llevarlo a caminar por mis sitios favoritos de la ciudad, compartir mañanas y tardes con él por más ocupado que estuviera con sus reuniones de trabajo, acostarme a su lado y dormirnos cogidos de la mano, caminar abrazados por la ciudad más linda del mundo... esta es una de esas relaciones papá-hija que nadie se explica. Yo sólo se que ahí hay una conexión y un amor infinitos que sé que ni con la muerte se podrían quebrar.
Segundo, ese tema de la muerte es algo que he tenido presente también desde hace unos días por varios sucesos. Por un lado, un tío (hermano de mi papá) estaba muy enfermo y todo la familia estaba muy asustada... yo tuve miedo y no podía entender que algo podría pasarle así, de un día para otro se nos podría ir. Yo tuve miedo de no volverlo a ver y de no poder decirle una vez más lo mucho que lo quiero. Se mejoró y nos cuentan los que están en Colombia que fue como si hubiera revivido. Por otro lado, la tía de una amiga se murió. Verla a ella tan triste por su pérdida me hizo cuestionarme sobre este tema tan tenebroso como es la muerte de un ser querido. Me dí cuenta que por más "preparados" que podamos estar para enfrentar la muerte de alguien, nunca lo estamos. Cómo se prepara uno para dejar ir a alguien a quien uno ama?
Me acordé de un pelao que se accidentó en Bogotá hace ya más de un año... me impactó muchísimo. Nunca entendí por qué me marcó tanto, pues fue alguien a quien vi alrededor de 3 veces. Fue una persona que me llamó la atención entre un grupo de gente tal vez muy seria o muy "cerrada" y este hombre era siempre sonriente y conversador, tan amigable que siempre me pareció que resaltaba entre todos los demás. Depronto un día se fue. Así. Un día se fue y dejó a todos sus amigos, a su familia, a mí - una niña ahí que apenas lo conocía - . Esas cosas impactan. Sobre todo cuando son personas que lo marcan a uno o que simplemente captan nuestra atención, como fue en este caso.
Cuando yo tenía quince años mataron a un amigo mío en frente de mi casa. Por un desface de cuatro minutos me salvé de no estar presente. Lo acababa de ver y de decirle adiós con la mano. Cuatro minutos después pasó un tipo en una moto y le disparó varias veces. Son cosas que uno no asimila, no acepta, simplemente no entiende. Era un costeño de buen humor todo el día, tenía todos los dichos del mundo para hacerlo reír a uno. La violencia de este país... alguien aparentemente se quería vengar de su papá por alguna razón y así se desquitó. Se fue Aldo.
En el 2001 se murió la mamá de una niña que yo acababa de conocer. Estuve cerca de ella porque sentía que debía estarlo, fue como si un ángel me hubiera encomendado una misión y yo quise cumplirla con todo mi corazón. En el 2002, si no estoy mal, se fue el papá de un amigo muy especial que conocí en la universidad. En esa época nuestra amistad apenas comenzaba pero yo sentí que quería estar cerca de él... En octubre de 2003, se murió el mejor amigo de mi papá. El señor que más me hizo reir cuando estaba chiquita. Jaime Ochoa, más paisa imposible. Amaba a mi papá, eran compañeros de ciclismo y amigos del alma. Me acuerdo de él casi que desde que tengo uso de razón. Un día se fue y dejó a su familia y amigos. Nos dejó a todos. Yo estaba lejos de Colombia y me acuerdo que sentía que era imposible que Jaime Ochoa no estuviera más en esta Tierra... poco a poco lo he ido aceptando, pero a veces vuelvo y me pregunto si de verdad se fue! En ese mismo mes se fue otro hermano de mi papá, Jose Luis. Era el segundo de 13 hermanos. No fue fácil para nadie. En el 2004 se fue la mamá de una amiga que adoro. Me partió el alma.
Todos ellos han salido adelante y han continuado con sus vidas, por más duras que hayan sido después de la muerte de su ser querido. Todos. Pero yo me sigo preguntando cómo se acepta la muerte de alguien? Cómo? Si personas lejanas se van y uno no sabe qué hacer, qué sentir, para dónde seguir... no me imagino cómo es perder a alguien tan cercano, un hermano, el papá, la mamá, un hijo... Sabemos que esa es la vida. Que es prestada, que es corta, a veces demasiado . Que en cualquier momento alguien (o uno mismo) deja de estar aquí. Pero NO estamos preparados.
Tercero, y volviendo a un tema feliz, viajé a México DF para pasar Navidad y Año Nuevo en familia. Estar con mi mamá me hacía mucha falta, es hermosa, la amo y quiero hacerle toda la compañía del caso. Mi hermano también viene dentro de unos días. Este momento en familia lo estaba añorando desde que me monté en un vuelo con dirección a Francia en agosto del año pasado. Extraño un domingo en pijama con mis papás y mi hermano, leyendo el periódico, oyendo música, haciendo desayuno, hablando de cosas de la vida, de nosotros... por fin los cuatro juntos.
Esta mescolanza de felicidad, temas ridículamente difíciles y más felicidad es lo que me ha detenido un poco para sentarme a escribir. Necesitaba sacarme estas emociones primero para poder concentrar la mente en un tema más adecuado para este blog. Este post fue más personal que los anteriores, me disculparán (!!!)... aunque al final todos lo son.