Wednesday, March 30, 2011

Cuando la palabra no existe

Las sociedades evolucionan. Y el deseo de los que seguimos en este mundo es que evolucionaran para bien. Pero lastimosamente algunas, y en especial la mía, en algunas circunstancias empieza como a perder el norte. 


Creo saber, por historias de las generaciones anteriores a la nuestra, que antes la palabra tenía un valor inmenso. Los contratos se hacían de palabra Y SE CUMPLÍAN, no había necesidad de escribirlos en un papel para que fueran válidos. Pero lastimosamente eso ha ido cambiando y nos hemos vuelto "más vivos".


Los colombianos nos sentimos orgullosísimos de ser "los vivos" del parche. Cuando un colombiano está en otros países generalmente se siente orgulloso de decir que en su país la gente es "viva", recursiva, no se vara, en fin... pero la realidad es que lo que eso traduce es que: no cumplimos ni una sola regla, nos las arreglamos para evadir las normas, generalmente hacemos un "torcido", incumplimos los plazos reglamentarios y llegamos tarde a todo por que "no importa, no pasa nada" y claramente mucho menos cumplimos lo que decimos. Y tenemos el descaro de ver todo eso como positivo!!!


Y lo más triste es que nuestra sociedad se ha ido acostumbrando a vivir así. Todo funciona así. Nos acostumbramos a que la palabra no vale, le perdimos el respeto a los parámetros, límites y normas. ¡No cumplimos ni años! Los plazos se corren, la gente planea las cosas e invita una hora antes para que la gente llegue "a tiempo"... Ya los contratos tienen que firmarse, notariarse, escriturarse, estampillarse... ya la palabra no tiene ningún valor. Y con todo y que están escritos, se hacen "chancucos", "torcidos", incumplimientos... en fin... el descaro reina.


Hay que decir que el contexto de este post es un momento en el que se vienen presentando una lista de experiencias de la vida cotidiana que ni siquiera tienen nada que ver con contratos ni cosas de esas. Sino LA SIMPLE PALABRA QUE SE INCUMPLE. Quedar con alguien para tomar un café e incumple. Armar planes para almorzar e incumplen. Acordar una reunión que se incumple. Programar un evento al que la gente confirma e incumple. ¡No entiendo! ¿Por qué la palabra dejó de ser sufienciente; por qué somos tan irrespetuosos; por qué los compromisos verbales no significan nada? ¿Será que ahora hay que notariar los acuerdos para ir a almorzar a ver si eso los ratifica como compromisos que toca cumplir? ¡Por simple respeto! 


Me da es como tristeza que la palabra no signifique nada. 


Me pregunto, a dónde irá esta sociedad... se supone que el fin último de estar en esta vida es ser una mejor persona, superar el máximo de defectos posible, ser un mejor ser humano con los demás... pero parece que vamos de para atrás! ¿Cómo reeducar a esta sociedad? Qué pereza que tengamos que recurrir a la desconfianza, pero la realidad lo lleva a uno a desconfiar de la palabra de todos, pero dejamos que perdiera el valor. ¿Cómo lo recuperamos?