Monday, May 14, 2007

El Poder de Ser 1 desde el dia 1

¿Qué tan honestos somos? Las personas tememos ser juzgados. Para no serlo, hacemos cosas que no haríamos, ocultamos otras que no queremos revelar, actuamos diferente con el fin de agradar, etc... nos armamos para "defendernos", para no ser identificados... pero a veces llegan a nuestras vidas personas que nos desarman.

Los seres humanos (me atrevo a decir que es algo general) necesitamos la aprobación. Sea de un amante, de un amigo, de un padre, de un hijo... queremos que nos quieran. En el fondo buscamos que nos quieran como somos, pero si es necesario fingimos ser cosas que no somos para agradarle a alguien. Hay gente que llega muy lejos pretendiendo con tal de conquistar el corazón de otro y es espantoso ver lo lejos que algunos son capaces de ir, en búsqueda de esa aceptación.

El hecho de ser aceptados y queridos, de recibir algún tipo de aprobación, es una necesidad. Una necesidad de convivencia, pues no hay una vía alternativa para poder sobrevivir en este mundo. Sin eso, no somos nadie, no tenemos valor, no hacemos parte de este juego.

Cuando se finge ser quien no es (suele suceder en una etapa de conquista) tarde o temprano sale a relucir el verdadero "yo", que generalmente es más complicado que el "yo" inicial... ¿qué ocurre entonces? Todo se desmorona porque no hay salida. El verdadero "yo" sale a la superficie, entonces se genera una desilución, acompañado muchas veces de una negación, hasta que viene la aceptación y más tarde el alivio. Finalmente se comprende que esa personalidad que había permanecido oculta es real y la otra era una ilusión.

El punto máximo al que se puede llegar es ser quien uno es, siempre. Pero ¿cómo se logra esto? ¿Con el tiempo, el crecimiento y la madurez? Tal vez... puede ser algo interno, algo que se aprende y se implementa. Algo que uno aprende y se da cuenta de que es mejor ser uno de una vez por todas y que lo quieran así, o que no lo quieran, pero al menos uno es lo que es. Pero yo creo que no. Creo que existe una fuerza externa inmensa que exalta lo que uno es, a la máxima potencia.

Y esa fuerza son las personas. Hay personas que tienen ese poder, tal vez no es una persona, sino energías entre dos personas que lo hacen posible. No lo sé. Pero sé que existe esa fuerza y que es una rareza. Que cuando existe, permite volar por el cielo más alto de la comodidad, la transparencia y la honestidad. Se acaba la vergüenza y el miedo. Se experimenta el poder de la grandeza, el control y la seguridad. El poder de ser. Y al final... la felicidad. Es gracias a esas personas (o a esas energías) que uno siente que vale la pena ser querido tal como es, desde un principio. Porque desde el día 1 se siente cómodo y libre. Es sincero con el mundo, y sobre todo, con uno mismo.