No Creo en el Racismo

Sé que ya con sólo este título hice abrir en redondo más de un par ojos. En algunas cabezas estará la idea "ahora esta mujer qué va a decir... ¿que no hay racismo en el mundo o que no es racista?". Pues ni lo uno ni lo otro. Lo que quiero decir en realidad es que no entiendo en qué consiste ser racista porque cada explicación que oigo o leo me parece más absurda que la anterior... y como nada me convence, opté por no creer.
Inspiración...
Un artículo de Peter Wade (del Departamento de Antropología Social de la Univ. de Manchester en Inglaterra) sobre la población negra en América latina, me inspiró para este post. En América el color y la raza han sido sinónimos de estatus social durante siglos. Desde la era colonial, cuando los negros eran esclavos traídos de África para hacer el trabajo duro, que a muchos los llevó hasta la muerte... desde el comienzo hemos menospreciado a la gente porque tiene un color de piel diferente, la hemos subvalorado... Y pensar que la raza negra fue la primera pobladora de la Tierra según muchos estudios...
Wade cuenta que después de la Independencia las élites intentaban hacer "desaparecer" esa población diferente diciendo que éramos un territorio de "mestizos". Era la época de los nacionalismos entonces querían dar una imagen de homogeneidad a nuestros pueblos reduciendo el papel de numerosos indígenas y mestizos que (lastimosamente para algunos y afortunadamente para otros) han hecho y hacen parte importante de nuestro continente. Como si fueran invisibles. Pero desde hace unos veinte años, las comunidades negras han cobrado fuerza y piden su reivindicación, al igual que las indígenas que lo vienen haciendo desde hace más tiempo.
El tema del "multiculturalismo" está cada vez más sobre el tapete y ocupando puestos importantes en las agendas internacionales. Nos estábamos demorando... Se han venido haciendo cambios constitucionales (comenzando en países como Colombia y Brasil), hay cada día más leyes que protegen a esas comunidades y actualmente ese término "multiculturalismo" define las naciones. ¿Pero sí se ven los resultados, en especial en las comunidades de color? Seguimos siendo racistas y ese es el problema de fondo.
Cuestionamientos...
Siempre me he preguntado qué es ser racista. Las dos definiciones que da La Real Academia de la Lengua Española dicen:
1. Exacerbación del sentido racial de un grupo étnico, especialmente cuando convive con otro u otros.
2. Doctrina antropológica o política basada en este sentimiento y que en ocasiones ha motivado la persecución de un grupo étnico considerado como inferior.
Entones ante esto uno concluye que por una razón u otra hay racismo en el mundo, sea por color de piel, religión, cultura, idioma y quién sabe qué más...
Viendo estas definiciones, uno quisiera decir "no soy racista", pero es muy fácil decirlo. En el fondo de nuestro corazón tal vez la mayoría lo somos. Todo este revuelto de ideas me hizo preguntarme ¿en qué consiste verdaderamente el racismo... en pensar que una mente de indígena es menos "capaz" que la de un blanco? ¿Que un color de piel define los derechos de las personas? ¿Que mi comportamiento por ser proveniente de tal cultura choca con el de otra por el simple hecho de ser diferentes? No es fácil de resolver esto!
El racismo existe en todo el mundo. Lo hay de todas la categorías e intensidades. Pero ¿qué es entonces? ¿Intolerancia? ¿Repugnancia? ¿Envidia? ¿Insatisfacción? ¿Todas las anteriores? ¿Algo más? Quise encontrar explicaciones entonces empecé por ver lo que pasa en los diferentes mundos que conozco (más o menos bien).
Si damos una ojeada a América latina, es impresionante ver cómo las sociedades han marginalizado siempre a las comunidades de color. Por ejemplo en Colombia se ve muy claro el contraste de las ciudades del interior y las costeras. Estamos geográficamente separados, los blancos por un lado, los negros por el otro. Eso tiene sus razones sociológicas e históricas, pero será que no podría haber más integración?
En Estados Unidos, la situación es algo distinta. Me acuerdo mucho el primer impacto que tuve cuando llegué a vivir a Atlanta, que queda al sur del país. Es una ciudad donde digamos algo así como el 70% (tal vez 80) es comunidad negra. Honestamente al principio tuve miedo: me sentía extraña, no era "normal" para mí estar rodeada siempre de mayoría de negros, pero me acostumbré, como con todo en la vida. En ese país, aunque el racismo es palpable pude ver que el estatus no siempre está limitado al color, pero sigue habiendo racismo en muchos sentidos, especialmente en las ciudades sureñas. "Barrio de negros" es "barrio de negros" y será visto así siempre.
En Europa la mentalidad es más abierta a la convivencia con otras razas, y pienso que la Comunidad Europea ha "internacionalizado" más estos países y les ha permitido abrirse más al mundo. Pero la cuestión racial y sobretodo la religiosa es todavía un tema muy delicado. Hay mayor aceptación, eso tal vez sí. Pero no hay INTEGRACIÓN. El lema francés de "liberté, égalité et fraternité" (libertad, igualdad y fraternidad) lastimosamente no se cumple en su totalidad. No hay igualdad de oportunidades y de ahí que los inmigrantes se sientan siempre inmigrantes, pues no gozan de los mismos beneficios que un francés (quiero decir de padres y abuelos franceses, porque los hijos de inmigrantes nacidos en Francia son también franceses).
La comunidad árabe, que es inmensa en Francia, es visiblemente apartada. Hay cierta tolerancia (no total), pero no hay igual trato y el problema es que está lejos de haberlo. Con la comunidad judía, pasa algo similar, se ven todavía hechos de violencia contra árabes o judíos en la calle... ¿A estas altura de civilización? ¿En serio?
No se trata de homogeneizar el mundo, como Mr. Bush cree, se trata de intentar comprender para aceptar. Tal vez él en su matrimonio tuvo que cambiar la forma de ser de su mujer para poderse entender con ella... y tal vez le funcionó, no lo sabemos... Es que hablar de violación de los Derechos Humanos en un país islámico es una cosa, imponer un régimen democrático a la fuerza, es otra muy distinta. Y no creo que sea la solución.
Aún pensando y pensando no llego al orígen de las cosas porque a veces pienso: ¿será que los franceses rechazan a los árabes porque éstos son muy alebrestados, a veces violentos y no se comportan "bien"? Pero entonces me pongo del otro lado y veo que los árabes sienten ese rechazo por ser diferentes y sienten la agresión hacia ellos, ven marginalización y desigualdad de oportunidades... es natural sentir resentimiento. Lo mismo pasa con las comunidades de color en Estados Unidos, por eso se visten diferente, hablan diferente, como queriendo llamar la atención... no justifico ni lo uno ni lo otro, pero qué es primero entonces ¿el huevo o la gallina?
Me pregunto entonces, ¿cuándo nos vamos a modernizar? ¿Cuándo nos vamos a aceptar? ¿¿¿Cómo hacerlo??? No nos entendemos unas culturas con otras... será que insistimos demasiado en entendernos y lo que deberíamos hacer es simplemente aceptarnos?? Alguna vez alguien me decía que esa filosofía debería aplicarse a las relaciones de pareja "dejar de intentar entender al otro, ¡aceptar y ya!". Me puso en un dilema por un momento porque yo siempre he sido partidaria del entendimiento, siempre he pensado que la única forma de sentirse cómodo y tranquilo, en cualquier situación, sea de amor, de amistad, de enredos administrativos, de interacción cultural... es que haya comprensión. Si hay entendimiento el resto viene por añadidura. Eso sí, son claves el respeto y la tolerancia en todos los casos. Y creo que es más bien ESO lo que nos hace falta.